Logopedia en Mensalud

En MENSALUD logopedia nuestro objetivo principal es el diagnóstico, y la rehabilitación de todas aquellas patologías que se encuentran relacionadas con la afectación de la voz, el habla o el lenguaje.

Desde una perspectiva integradora, orientando a los familiares y profesionales relacionados con el paciente, pretendemos ante todo mejorar su comunicación, y por tanto, su calidad de vida y la de los que le rodean.

Más información en: http://www.mensalud.es/

Dislalias

¿DISLALIAS…?: UNA BREVE HISTORIA

“Laura se levanta a las ocho y media. En cinco minutos es capaz de lavarse la cara, desayunar y salir corriendo por la puerta. Este año ha empezado 1º de primaria y se ha dado cuenta de que las cosas son mucho más serias que antes: un montón de deberes, hacer malabarismos entre papá, mamá y la abuela para llegar a las extraescolares. Laura lleva toda la vida yendo al mismo colegio y está muy integrada, o lo que es lo mismo, va contenta la mayoría de los días y en agosto está deseando volver a ver a sus amigas. Sólo hay algo que algunas noches le hace difícil dormirse y da vueltas y más vueltas en la cama deseando que esos pensamientos desaparezcan cuando vuelva a apagar la luz. Ahora que han empezado a escribir y a leer “en serio” Laura ve con frustración como los sonidos que vuelan en su cabeza, bajan por su brazo, llegan a su mano, y cuando aterrizan en el papel, lo hacen confusos e impredecibles. Ve cómo, algunas veces, los niños que antes jugaban en el patio con ella, se ríen cuando habla en clase. Y lo peor es que no sabe qué hacer para evitarlo. Cada vez habla menos, participa menos. A lo mejor el cole, ya no es tan divertido.”
Un poco exagerado, ¿verdad?, o quizá no. Por suerte, la mayor parte de los profesores de infantil y primaria están muy bien formados en todos los aspectos que atañen al desarrollo del niño, incluidos, por supuesto, el habla y el lenguaje y los padres, hoy en día, tienen mucha más información de la que no disponían los nuestros. Sin embargo, lo que le ocurre a Laura, en ocasiones, puede parecer poco importante: Aparentemente no influye en su rendimiento escolar y “la niña no está acomplejada”. Confiemos en que el tiempo lo cure todo y en que Laura madure. Pero Laura, no es una manzana, y de momento la tenemos en la cama con una ansiedad incipiente.
Las dislalias son un trastorno de la articulación de los fonemas (sonidos) o bien por su ausencia o alteración o por la sustitución de éstos por otros (“caza” por “casa”, “pego” por “perro”). Así es como se define la desazón de Laura, y ahora que Ud. ya lo sabe recordará a ese conocido político que se esfuerza por no cecear las eses cuando da un discurso o a su amiga Rita, que se cambió el nombre, por el de Tita.
En efecto, el hecho de que hablemos de un “mero” trastorno de la articulación sin una base neurológica, es decir, sin que el S.N.C (Sistema Nervioso Central) esté afectado (en cuyo caso hablaríamos de disartria) ni la causa de que se produzca sea una deficiencia auditiva (dislalias audiógenas), parece disipar la necesidad de buscar ayuda, al menos de forma inmediata, y a veces erróneamente, se aconseja a los padres esperar a los 7 u 8 años para hacerlo. Pero espere, y no salga corriendo todavía: Existen un tipo de dislalias, que los especialistas denominan evolutivas. Se trata de alteraciones de la pronunciación que forman parte de la evolución normal en el habla del niño. En general, suelen desaparecer con el paso del tiempo por lo que no está indicado intervenir en ellas antes de los 4 años. Los padres deben hablar a los niños de forma clara y precisa, sin fomentar los errores porque “hagan gracia” y no permitiendo las burlas a su costa.

La dislalia de la que estamos hablando es la llamada dislalia funcional: esto quiere decir que los errores de omisión, sustitución o distorsión que se producen son debidos a causas funcionales, es decir, a una falta de coordinación entre todos o algunos de los factores que participan en la producción de un determinado sonido. Normalmente se produce por una inadecuada coordinación psicomotriz de los órganos fonoarticulatorios sin que esté asociada a la malformación orgánica de algún órgano de la articulación (disglosias): labios, lengua, paladar, etc, en cuyo caso se denominarían dislalias orgánicas.

Si su hijo tiene más de 4 años y cree observar en él algo de lo que aquí estamos hablando, le recomiendo buscar ayuda especializada tan pronto como sea posible, a no ser que por ejemplo, aún tenga 5 años y los únicos sonidos que no produce o que realiza incorrectamente sean la “r” o las sílabas trabadas (plato, broma).

El logopeda realizará una primera entrevista personal con los responsables del niño en la que recabará información sobre la historia clínica y el desarrollo motor y lingüístico del mismo. Esta primera toma de contacto orientará al especialista sobre si la dislalia que presenta el niño es meramente funcional o por el contrario existen datos que le hagan sospechar que tiene un origen audiógeno o neurológico, en cuyo caso derivará al paciente con el fin de que sean realizadas las exploraciones médicas oportunas y ello le permita establecer un diagnóstico y una rehabilitación adecuadas.

Normalmente, el tratamiento será abordado desde una perspectiva lúdica, mediante la cual se busca la motivación continua y la participación activa del niño en su proceso de aprendizaje. Asimismo, la intervención logopédica se llevará a cabo con una intensidad variable (en número de sesiones y en tiempo) ajustada a sus necesidades

El éxito de la intervención depende de varios factores como el grado de atención del niño durante las sesiones, la cooperación con el terapeuta, el coeficiente de inteligencia, la capacidad de discriminación auditiva y especialmente, la precocidad con la que se inicie el tratamiento.




María García Abia
Logopeda
Centro de Psicología Mensalud

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